El silencio parece ser un don, los labios cerrados, encarcelando tu voz, sin articular palabra alguna.
Un silencio que mata, y al mismo tiempo brinda a la mente el descifrar el silencio.
Tu mirada intensa, atrapada con el silencio, no hacen falta palabras cuando el corazón habla.
El silencio te hace meditar y observar lo que tienes delante y miras hasta el ultimo rincón donde cubre la piel desnuda.
Miradas van y vienen y tan solo con un abrir y cerrar de ojos, el silencio ilumina dos cuerpos, convirtiéndolos en uno.
El entender el silencio es solo cuestión de aprender, oír tus pensamientos y entregarme a ellos y permanecer callada a tu lado.
No hacen falta palabras cuando el beso embriaga el alma y cubre con la miel que brota de tu corazón y el exquisito aroma de tu espíritu que se hace donde el silencio.
El silencio desata una tormenta de emociones y lo que hace es fortalecer esto que sentimos y no nos atrevemos a decir, los secretos del alma.
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