Nacer de un padre y una madre,
Niñez, adolescencia, mediana edad, años dorados, fin de nuestra existencia.
Como tiernos niños jugamos, nos divertimos, lloramos, reímos, nos lastimamos, aprendimos amar,
El mínimo problema corremos a los brazos de nuestros padres.
De adolescente aprendemos amar profundamente, vamos creciendo, tenemos que enfrentarnos, problemas, buenos o malos,
Somos felices o infelices.
Al ser maduros formamos un hogar,
Vienen los hijos si eres fértil,
Abunda la alegría, o lágrimas, desamor, la esperanza de seguir vivos, y luchamos por algo que llaman felicidad.
El tiempo pasa, los años vuelan,
Nuestras energías declinan,
Nuestro amor es maduro, conciso,
Parece haber llegado a la cima de la vida, lo es o no lo es.
De mayor analizamos todo lo vivido, y lamentamos lo no vivido,
Vivimos recordando las diferentes etapas que hemos pasado, buenas, malas, sabemos que fue correcto o incorrecto.
Cuando llega la vejez, nuestra belleza fue efímera, amamos intensamente, tuvimos una familia, todos han muerto, estamos totalmente solos.
Casi por terminar nuestro corto periodo en esta tierra, y meditamos que es este laberinto, confuso, rápido, enigmático y cuestionamos, Cuál fue el acertijo llamado vida.
Luego viene un silencio sepulcral,
Un viaje a lo desconocido, donde vas, tú cuerpo se ha desintegrado, memorias se desvanecieron.
Viaje sin retorno, y jamás descubriremos porque nacimos?
Porque morimos?
Y jamás entenderemos, el acertijo llamado vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario