Cuantas cosas han pasado y cuántas cosas hemos vivido, pero hoy hay está distancia, que nos separa. En un rincón de mi casa te escribo, necesito tus besos, necesito tus abrazos, necesito oir tu voz, pero estas tan lejos, inalcanzable para mi.
Desde mi ventana miro la densa oscuridad de la noche, no hay brillan las estrellas hoy, mas bien me acompaña esta tristeza que tengo en mi interior.
Grito tu nombre y un sutural silencio me contesta, y me estremece y me hace sufrir, a mi alrededor tan solo están los recuerdos tuyos, que noches mas largas de insomnio y siento en mi alma esta soledad. Consuelo no tengo, la distancia nos separa y no te puedo alcanzarte, viene a mi mente tus ojos verdes azulados profundos, hermosos y grandes, que siempre apaciguaron mis dolores y calmaron mi intranquila alma y hoy no los tengo porque ellos se cerraron por siempre en la eternidad, privándome de tu dulce mirar, la distancia que tenemos solo se remediaría, construyendo una escalera que llegue al cielo, y poder subir a donde tu estas.
Como te extraño y cuánto necesito escuchar tu dulce e imponente voz de autoridad, cuanto me decías cuánto me querías, y cuánto me amabas y tantas lecciones me enseñabas, y yo siempre te contestaba que tan solo te amaba. parecen dos grandes ríos con un gran caudal de lagrimas que brotan de mis ojos, y bañan mi rostro sin consuelo.
Sufro al sentir tu ausencia amada mía, mi amada madre de mi vida. Te fuiste en tu dulce y apacible sueño, tranquila y bella pero te llevaste contigo mi razón de vivir.
Cuanto te necesito, te amo solo enséñame como llegar al paraíso donde estas y te alcanzo para sentir de nuevo los brazos de mi madre.
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