Envejecer es algo que conlleva sabiduría, experiencia, historia, valentía, poder, lucha, elección, amor.
Envejecer es haber sabido luchar, salvar obstáculos, el haber sido joven con un rostro hermoso, con sueños de conquistar el mundo.
Envejecer el haber tenido la dicha de tener papá y mamá, aunque ellos tal vez estén disfrutando ante la presencia de Dios.
El haber sido bebé, niño, adolescente, adulto, el tener los años dorados, el llegar el tiempo que tenemos que emprender un viaje sin retorno.
De joven con una piel tersa, suave, que brilla los años de juventud,, luego empiezan las arrugas que significan experiencia, resiliencia, resistencia ante los avatares de la existencia.
El cabello cambia de color descubriendo hilos plateados del atardecer de los años, poco a poco una cabeza blanca como nieve, señal que hemos alcanzado la sabiduría.
Nuestro cuerpo cambia, nuestro paso ligero de juventud, por un caminar lento con por el paso del tiempo, y aprender aceptar las etapas nacer, crecer, reproducir.
Envejecer, y finalmente el dar cuenta de nuestros actos.
El envejecimiento es recordar las cosas de la vida, el haber aprendido de ella con experiencia y aceptación algo llamado destino, pero no es el final.
Tal vez recordar un viejo amor de adolescencia, el aprender amar, y tener sensaciones del crecer, y algo llamado destino, o de podría llamar milagro.
Envejecer es encontrarte de nuevo con alguien que amaste intensamente.
Nos encontramos con un viejo ser amado, y descubrimos al envejecer, no es tarde para amar, ser amado, tener sensaciones hermosas, que emite nuestro corazón llamado amor.
No hay que tener miedo, más bien disfrutar que a cualquier edad, puedes encontrar el verdadero destino, en la senda de nuestro camino, nos encontramos a quien un día amamos y descubrimos que ese amor es mucho más fuerte lo que fue ayer.
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