domingo

Mi abuelita Liita.

   Una gran dama de cabellera color canela, mezclando el rezo con el trabajo, mientras matemáticas me enseñaba. Leía mis poemas de niña,  y ella los corregía. 
   Su recomendación con amor e inteligencia me daba. Largas noches durante diecinueve años me instruía, haciendo que rectifique mis dibujos que en ese tiempo eran garabatos. Una mujer maravillosa mi abuela Liita, la madre, la abuela, mi mejor amiga. Me hablaba de la vida, historias incontables me contaba, mientras escribía gramática me enseñaba.  
   Como si fuera poco, ella me instruía y yo cocina aprendía. Cuantos concejos, y lo especial. Me introducía en mi tierna vida, el amor a Dios, Jesús y su Santa Madre, yo muy devota no era, y cuando a misa nos llevaba, urticarias me daba, de la mano de la casa, a la Catedral de Ambato, y me decía mire la Virgen de bronce, imponente en el altar pero si la toca, cual frío metal helara tu mano, pero si cierra los ojos; Maria en tu corazón le sentías. 
   Era tan hermosa mi Liita, como una bella rosa frágil, vestía sobrio y elegante y los mejores perfumes usaba. Todo el mundo le quería, pero yo le amaba con toda mi alma. Historia, geografía, cívica, incluso trigonometría, nada le vencía, mientras ella trabajaba las tablas de multiplicar yo memorizaba. 
   En cualquier momento Bachita gritaba, mi nombre de niña usado por todos los que me querían. Cual sublime enseñanza sobre la vida, y de pronto una clase de Anatomía me daba, sin olvidar la Biología. Ella siempre decía; estudien por que ese papel les hará triunfar y forjar su destino.       
   Discrepaba con mi abuelita Liita, cuando la biblia me leía, difícil de entender y hasta me aburría y de pronto increíble historias me relataba, mezcladas con la religión, y lo divino.  
   Sin darme cuenta, el tiempo transcurría y cada vez yo rezaba agradeciendo al buen Dios del cielo por tener el honor y beneplácito, de ser nieta de una gran dama, erudita en cualquier materia del destino, que bendición ser su primera nieta por que aprendí de ella tantas cosas, que en ninguna escuela se aprende. Ser hija, hermana, tía, esposa, madre, confidente y amiga es el legado que mi abuelita me dejo y quiero contar sobre ella esa magnífica mujer que fue, mi abuela Liita.

A. P. Illingworth

sábado

Nueva Inglaterra

   Hoy el sol brilla con fulgor, todo esta cubierto de diferentes tonalidades de gamas de verde, demostrando la fertilidad de esta amada tierra, para no ser atrapada por la monotonía, se ven armoniosas, y bellas las flores de diferentes colores, y clases. Se huele el aroma de hierva fresca, a igual que a tierra mojada por el rocío de la mañana, el cielo  azul celeste, como un océano de nubes cubre la naturaleza. 
   Que dicha que alegría este lugar pequeño de la tierra, en donde se engalana esta magnifica obra de arte, un calor dulce abriga la piel, y da mas vida a esta fresco silvestre de hermosura, creada para el hombre, se divisa a lo lejos altas montañas un gran bosque de pinos y arboles coterráneos típicos del lugar, el silencio se rompe con el canto de los pájaros, este lugar inspirara la lectura, y que le dicta a la pluma que escriba poemas que cuente sobre estas lejanas tierras. 
   Valles extensos, rodeados de cumbres, con grandes lagos, y ríos y como si fuera esto poco se divisa la fauna típica mezclando lo moderno, con lo antiguo, casa típicas de estilo británico, la historia cuenta que los pioneros colonos ingleses llegaron y hicieron pactos con nativos indios americanos y poco a poco cambiaron el idioma mezclando lo nativo con la lengua extranjera  y por todo eso se denomino Nueva Inglaterra.

A. P. Illingworth

viernes

Los Berkshires

   El cielo es rosado, el que no sabía que era hermoso y si lo es, sino que viene una tormenta, el agua, el trueno, el relámpago y el relámpago pronto decorarán el cielo, como si no fuera suficiente.  
   La furia con el granizo gigante, dice la noticia, cierra las ventanas, no se acerque al cristal, se avecina una gran destrucción, el granizo destruirá los parabrisas y como si fueran pequeñas grietas dejarán en nuestros vehículos, como recuerdo.  
   Cuando abusamos del medio ambiente que incluso viene como una queja dolorosa, vientos huracanados y algo especial, estamos en una buena altura porque vivimos en ciudades históricas construidas en los Apalaches las casas están rodeadas por altos guardianes verdes que ni el frío, el hielo y la nieve pierden el color de sus uniformes, sino que son una gran amenaza, son tan altas que algunas alcanzan la pequeña altura de 20 o más metros de altura, la construcción sí  No nos ayuda, las casas a la manera de los colonos ingleses, los techos son de pavimento como si fueran trozos de cartón en bruto que imaginan el papel de lija del carpintero.  
   Mañana veremos las hojas caídas, las flores sin pétalos, y con suerte no habrá cortes de energía.  Alrededor tenemos muchos lagos y puedes ver grandes olas, por supuesto, esto no se compara con el océano, pero en la mañana con el sol naciente nos deleitará con el arco iris, hoy todo es muy verde, la belleza de Berkshires, una gran tierra  Que adopte como la mía, y disfruto de sus estaciones, blanca en invierno, con olor a madera quemada y mil luces de colores para alegrar la manta blanca que nos acompaña si es válida durante cuatro meses, pero como le gusta.  En estos paradisíacos lugares nos quedaremos seis meses, la primavera viene a continuación, la alegría de los tiernos animales sale de los árboles desnudos del bosque que perdieron sus coloridas hojas pintadas por el otoño.  
   Durante unos meses te confundes en el suelo como obras de arte incrustadas en la tierra.  Esta tierra que no es mía se enamoró de su belleza exótica.  Largas noches en las que puedes escuchar el aullido de los lobos, y no es indiscutible compartir nuestro territorio con grandes osos negros, los ciervos van a los jardines y casi parecen hacer fiestas, ardillas, mapaches y, a veces, malos olores cuando tienen  Llegados de los zorros invitados, hay tanta variedad de aves que los cuervos dan una respuesta sombría, pero tenemos que cuidar su inteligencia, si eres bueno y los alimentas al día siguiente, llenas con pequeños regalos en agradecimiento por tales  Cortesía, a veces escuchas un golpe de martillo, y si miras el techo, no te sorprendas de que haya un pájaro carpintero, en los árboles sirven sus ramas de juguetes de los caballeros de Ruiz, que trinan con su canto que adorna el verde de  la hierba, cuántos ríos y si viajas poco, llegas al gran mar celestial, con su oleaje te da el bienestar y con su agua humedeces tu cuerpo, con abrazos de agua te dicen "Te quiero" mientras la vista se pierde en lo imponente.
   Agua andosa, estos son los Berkshires el lugar donde vivo.

A. P. Illingworth

jueves

El fuego de la pasión

   El fuego de pasión que emana de mis sentimientos, quema mi piel y consume mi vida, las noches son largas de insomnio, pensando en tus besos apasionados, y sinceros, que perturban mi tranquilidad, y desequilibran mi mente.  
   Mi corazón está lleno de ti, estrella solitaria, la cual la quiero con todo mi ser, mi alma llora al no tenerte cerca de mi. Observó tus retratos de antaño y cunde en deseo de verte, tengo en mis labios el recuerdo de tus besos, puedo sentir tus manos acariciando mi rostro y me estremece hasta el alma, será que la luna llena hace el efecto al ver tanta belleza en el negro cielo, me haces sentirme intranquila, e inquieta con esta sed que tengo de recorrer con el roce de mis  labios la soledad de la luna, cuando estamos juntas cuando plasmo en mi lienzo, los secretos de La Luz de la luna, sostener tu mano con la mía, quisiera que sea infinito ese anhelado momento más bien que prevalezca para siempre. 
   Contemplo desde mi cama el pasar del tiempo, de cada uno de los segundos hasta cuando te veo aparecer en el cielo. 
   Sucumbe en mis oídos el palpitar agitado de mi corazón, es infinita la alegría que sentimos al compenetrarnos en un sueño tú y yo. Algunas veces me gustaría ser más arriesgada y luchar por lo que me complementa y me hace fuerte, pero medito y me recato y tan solo me digo hay que esperar.       Mis ojos los elevo al alto, para que en lo infinito se visualicen las estrellas, y que ellas sepan de este llamado que siento muy dentro mío, lo callo en el silencio, y vivo recordando esos momentos que tenemos. 
   Tal vez tienen otro sentido en mi pensamiento, en la oscuridad de la noche, me imagino una estrella fugaz caer del firmamento, y cual la diviso delante mío, como un volcán de fuego, veo apagarse, y se convierte en ceniza, que la lleva el viento.

A. P. Illingworth

miércoles

Mi vida.

    Me encuentro atrapada en mi mismo, algunas veces me parece ver espejismos en mi soledad, no es que he perdido la razón a lo contrario estoy más cuerda que nunca. Todos los días parece que estoy en una competencia de mar, tierra y aire, pero solo está en mi, con recuerdos del pasado. Que me dan cacería en cada respiro que doy, no puedo entender la maldad de un ser humano que un día me dijo amarme. 
   Vivo en un pueblo pequeño y hermoso, pueblo, pero en mi mente es como si viviera en una cumbre muy alta y borrascosa , en donde se difumina lo verde de las praderas y solo diviso rocas puntiagudas, que cortan afiladas mi corazón y alma. Tengo la libertad  de los pájaros, quien diría puedo volar alto, pero cómo hacerlo, si mis alas me han cortado. Todos los días se hacen tan largos que espero un milagro, pero más me parece estar en frente de un batallón de fusilamiento.  
   Siempre fue mi sueño el vivir un amor maravilloso y lo único que tengo una gran soledad y tristeza. Cuales acongojan mi espíritu, y poco a poco estoy sumida en la mazmorra de un viejo pabellón de castigo de la vida. El dolor me acongoja diariamente, el insomnio ha ganado mi desvelado sueño, mis ojos permanecen abiertos, de ver la oscuridad de la noche,  hasta ver el sol saliente que ilumina mi rostro, y en medio de mi orfandad que me acoja, por lo menos me abriga con fulgor mi animo, y me da aliento. 
   Mis noches negras se alargan cada día más y las tinieblas cubre mi espíritu y mis sueños se desvanecen ante lo maravillosa de la existencia. Tengo gatos negros, que acompañan mi presidio en esta ruta fría de la muerte. En medio de mi tenua melancolía, mi lucidez me inspira, tratando de regresar a ser la mujer de antes. La que no conocía miedo, la que luchaba la adversidad y el odio que inspiró por la envidia, de la gente que me ve sonreír y piensa que he conseguido la felicidad eterna, pero no se dan cuenta que mientras mi rostro dibuja una falsa risa, que me acompaña las lagrimas, mi corazón llora de tristeza al ver las injusticias que se cometen a diario. Como regresar a ser la de antes siempre optimista, y piadosa. 
   Tampoco se diga que fui la de tener un rosario en la mano ni llevar mi humanidad a la iglesia. Si siempre pensé que en lo bello de la madre naturaleza está el Dios del cielo, no en una casa de cemento sólido, frío, con luz sombría donde ilumina La luz moribunda de una vela, la Cruz donde mataron a Cristo. 
   Como volver a ser la de antes si mi bondad se paga con mal agradecimiento, no por que quiero que se me de las gracias, más bien digo por que los seres humanos llegan a una de sus metas y se olvidan del pasado, y miran despiadados a otros que necesitan ayuda, y mientras ellos me necesitaban se llenaban la boca de un agradecimiento fingido. Si tan solo les pedí hacer con el resto, lo que hice por ellos. 
   La batalla no está perdida la misma muerte no ha podido conmigo pero como recupero fuerza para ser como antes, la mujer luchadora y emprendedora. Ya que hoy han cortado mi vuelo, acercarme al cielo. Solo miro desde mi jaula de prisionera de mi propio martirio, la impresionante belleza de un azul del cielo, segura estoy es donde se encuentra el paraíso. 
   Como ser la de antes si me he sepultado en cuatro paredes, que las limpio a diario. Pero al darme cuenta todo regresa a un sitio desconocido, y se ha cambiado el rumbo de mi destino. 
   Como puedo ser la misma si casi aliento no tengo, para sacar fuerza de donde si no la tengo. 
   Como avanzar puedo si siento que estoy sepultada en vida en un reducido espacio en donde cuento mis historias a mi fieles gatos negros. 
  Como puedo regresar a ser la de antes si mi inspiración me abandona, y casi se podría decir me cuesta el sacar mis pensamientos a que por lo menos ellos afloren, y sepan escapar de mi condena. Ellos puedan ser libres como lo fui cuando despertaba a la vida. 
  Como puedo ser la de antes, si mi gran anhelo ha sucumbido a la derrota, y está atrapado en el desvanecimiento de mis metas, que hoy se han convertido tan solo en sueños. Como puedo volver a ser la de antes si tal ves se esfumo en el viento.

A. P. Illingworth